Entre Ucrania y Rusia producen el 53% del aceite de girasol a nivel mundial, por eso está empezando a escasear en los supermercados.
El desabastecimiento no sólo está provocando que en los supermercados sea cada vez más difícil comprar aceite de girasol, las industrias agroalimentarias también sufren la escasez, el aceite de girasol no sólo se utiliza en las conservas, también está en muchas recetas de comida preparada.
La industria está empezando a sustituir el aceite de girasol por otros más baratos y de peor calidad, como el aceite de palma, pero hay opciones mucho más saludables. Recordarte que el aceite de girasol es rico en omega 6 lo cual hace que sea una grasa pro inflamatoria.
En España somos los mayores productores de aceite de oliva, con lo cual sería la primera opción a elegir, es rico en grasas poliinsaturadas y monoinsaturadas. Escoge una calidad virgen extra de preferencia. Eleva los niveles de colesterol HDL (bueno) y disminuye el colesterol LDL-c (colesterol malo). Además tienes tantas variedades de oliva que enriquecerán todas tus recetas. Es nuestra opción favorita.
El aceite de coco virgen extra es otro de los sustitutivos que se pueden utilizar para cocinar. Es una opción sostenible, ya que es rico en ácidos grasos de cadena corta que producen metabolitos como el acido butírico y grasas saludables, las cuales son necesarias para el funcionamiento correcto del cuerpo. El aceite de coco tiene un sabor más fuerte que el aceite de girasol, así que sólo se debe utilizar si se desea lograr un sabor especial para la comida.
Las grasas saturadas son los ingredientes principales dentro del aceite de coco. La mayoría de las personas piensan que la grasa saturada es mala para la salud, sin embargo, las grasas saturadas son esenciales para el funcionamiento correcto del cuerpo, siempre que no pasen del 10% del consumo energético de tu dieta. La dieta sometida a un estrés especial eleva el perfil de triglicéridos, lo cual hace que la persona tenga un mayor riesgo de desarrollar una enfermedad del corazón. Por lo que es importante incluir las grasas saturadas en la dieta para reducir el nivel de estrés en el cuerpo.
El aceite de oliva, viejo conocido de la dieta mediterránea, es sin duda uno de los mejores para la salud, y tiene unas propiedades muy beneficiosas
Beneficios del aceite de oliva
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Aumenta la producción de energía
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Ayuda a regular el colesterol
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Combate el envejecimiento
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Reduce la inflamación
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Mejora el metabolismo
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Reduce el riesgo de enfermedades cardíacas
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Reduce los riesgos de cáncer
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Reduce el riesgo de enfermedades de la piel
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Reduce los riesgos de infecciones
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Reduce los riesgos de desórdenes digestivos
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Ayuda a prevenir la artritis
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Ayuda a prevenir el cáncer
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Ayuda a prevenir el Alzheimer
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Ayuda a prevenir el dolor de espalda
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Ayuda a prevenir la diabetes
Así que si habitualmente solías usar aceite de girasol te proponemos estas otras opciones como sustitutivos más saludables.
