baja de peso sin dietas
Pechuga de pavo asada, el fiambre más sano

Pechuga de pavo asada, el fiambre más sano

RINDE: 40 lonchas
PREPARACIÓN: 5 minutos
TIEMPO TOTAL: 60 minutos
AZÚCARES AÑADIDOS: 0%
DIFICULTAD: Fácil
RESUMEN PASOS: Tallar la pechuga de pavo + condimentar + asar al horno
INGREDIENTES
  • Una pieza (1 kg aprox.) completa de pechuga de pavo
  • 4 ramitas de especias frescas al gusto, (romero, tomillo, enebro...)
  • 5 g de sal gruesa –opcional–
  • Granos de pimienta –opcional–
  • Un termómetro para asar (Meater)
PREPARACIÓN
  1. Precalienta el horno a 170 ºC. Lava las especias y sécalas con un papel absorbente.
  2. Maja en un mortero la sal y los granos de pimienta.
  3. Prepara la pieza de pechuga de pavo. Haz una incisiones superficiales en la pieza de carne blanca en forma de rombos. Esto facilitará que penetren mejor la sal y el aroma de las especias.
  4. Unta la pieza con la mezcla de sal y pimienta. Coloca la pechuga en una fuente de horno e introduce el termómetro "Meater"en la parte central. Abre la aplicación y escoge la temperatura interior deseada. En este caso 75º C. Hornea hasta que el termómetro indique que está listo. Si no tuvieras termómetro hornea entre 60-80 minutos para que el interior quede jugoso. Con un exceso de horno la carne quedará más seca.
  5. Retira la pechuga y deja que repose antes de cortar las lonchas. Hazlo con un cuchillo muy afilado para poder lonchear con mayor facilidad. Los cuchillos eléctricos son muy buena opción.

CONSEJO: Puedes hacer una salsa de frutos rojos para regar la pechuga de pavo. Un plato de fiesta y delicioso.

PROTEÍNAS DE CALIDAD PARA TU ORGANISMO
COCINA:
Autor Paola Procell
Paola Procell

PROTEÍNAS DE CALIDAD PARA TU ORGANISMO

Las carnes procesadas como el jamón o el pavo cocidos son ultra  procesados que han formado parte de nuestras dietas durante mucho tiempo. ¿Qué íbamos a ponerle si no al sánwich de la merienda de los niños? Incluso muchas veces hemos recurrido a ellos en dietas de adelgazamiento.

Si eres seguidor de LA COCINA SANA© o has leído algo sobre nutrición en otras fuentes sabrás que los embutidos y otras carnes procesadas no son precisamente saludables. De hecho, son de las peores cosas que podemos tomar, tal y como reveló la OMS en una declaración de hace tan solo un par de años en la que desvelaba los vínculos entre el consumo de carne procesada y las probabilidades de sufrir un cáncer colorrectal.

El uso de conservantes como los nitritos son los responsables de transformar estos a compuestos cancerígenos. En la digestión se produce nitrosaminas dañinas para la salud. Aunque en la industria alimentaria usan dosis seguras, lo cierto es que se ha demostrado que el exceso eleva la probabilidad de padecer cáncer.

Por eso, resulta más que interesante buscar alternativas que nos permitan disfrutar de este tipo de alimentos sin poner nuestra salud en riesgo y también sin que se resientan nuestros bolsillos. Sí, porque si echas cuentas verás que estás pagando a precio de oro productos con un bajo porcentaje de carne y con otras cosas tan poco interesantes como el almidón de patata y los aditivos.

¿No podemos tomarlos entonces? Deberíamos reducir su consumo al mínimo y cuando los compremos, buscar siempre aquellos procesados con un mayor porcentaje de carne, en torno a un 90% sería lo más adecuado (los hay que no llegan ni al 50%). Para ello, siempre es conveniente leer las etiquetas como ya hemos explicado en otros post.

Un truco para verlo de forma rápida es comprobar que en el paquete pone “categoría extra”. El problema es que estos fiambres de mayor calidad suelen ser carísimos. Por otro lado, suelen contener mucha sal, rellenos innecesarios y no aportan proteína de calidad.

Sí, porque ya sabemos que en líneas generales consumimos más proteína de origen animal de la que deberíamos, ¿pero es de calidad? Si consumimos carnes blancas, como las de pollo o pavo, y las cocinamos en casa estaremos más que cubiertos en ese sentido pero si dejamos que nuestras proteínas solo provengan de carnes ultraprocesadas, probablemente suframos alguna carencia.

Hacer tu propio fiambre puede parecer complicado pero ya has visto en esta receta lo sencillo que es en realidad. Solo necesitas un horno y un termómetro para carne, el Meater, al que seguro que vas a sacar mucho más partido de lo crees. Así que ya sabes, cocina tus propios fiambres, saca partido de su alto valor biológico y come más saludable sin renunciar al sabor.

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